David es un niño que debe vivir la pérdida de su madre, además se le suma el hecho de una madrastra, cuando su padre decide rehacer su vida. Esto le lleva a un estado de desequilibrio, el cual podrá combatirlo mediante la lectura. Luego de mudarse a la nueva casa de la familia, empiezas a suceder cosas misteriosas que derivan en la confusión entre la realidad y la imaginación.
En «El libro de las cosas perdidas« los lectores seremos cómplices de las aventuras de David, mientras nos adentramos en una trama que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, escenario que le otorgar oscuridad a la novela.
Esto le concede un toque de magia a la historia de David, ya que los niños siguen siendo niños, aunque se esté llevando a cabo, uno de los peores momentos de la humanidad de la historia actual. La narración está cargado del buen uso de la descripción como recurso, aunque te parezca excesiva, quizás es adecuada para poder transmitir al detalle la historia hasta el final.
Al final la novela nos ofrece una historia fuerte y real, pero de forma conjugada con la fantasía y las aventuras que termina por enganchar.
Mientras la Segunda Guerra Mundial arrasa Europa, David, a sus doce años, llora la pérdida de su madre. Su padre ha vuelto a casarse, y la nueva familia se ha mudado a una casa en las afueras de Londres, para evitar los bombardeos alemanes. David, en su desván, no tiene más compañía que los libros.
Unos libros que le susurran y le atraen. La realidad y la ficción empiezan a fundirse hasta tal punto que, por una grieta en una antigua construcción del jardín, David entra de pronto en un mundo desconocido: el de sus sueños y su portentosa fantasía. En sus trepidantes y a veces terribles aventuras, David se topa con personajes como el Hombre Torcido o el Leñador, con lobos semihumanos o con un rey cuyos dominios están en decadencia. A lo largo de la novela, que trata sobre todo del poder de las historias y de la literatura, David aprenderá poco a poco a superar sus miedos y a tomar decisiones.
Un libro para jóvenes y adultos que devolverá a los lectores a su infancia, porque «en cada adulto mora el niño que fue, y en cada niño espera el adulto que será». En esta nueva edición, con bellísimas ilustraciones de Riki Blanco, el autor ha añadido nuevos textos y unas palabras a sus lectores españoles.