Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo
Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo Rojas Zorrilla, Francisco
Editorial:
CASTALIA EDITORIAL
Ano de edición:
2005
Materia:
TEATRO
ISBN:
978-84-9740-140-1
EAN
9788497401401
Páxinas:
488
Encadernación
TAPA DURA
Colección:
CLASICOS CASTALIA
Alto:
205 Alto
Ancho:
125Ancho
Idioma:
CASTELLANO

DONDE HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS
 La situación está planteada con sorprendente agilidad. Don Juan y Sancho llegan a Madrid de noche. Buscan la casa de don Fernando de Rojas, con cuya hija va a casarse el galán. Al llegar ante la fachada,  ven a un desconocido descolgarse desde el balcón. Una confusión del criado, que ha enviado su propio retrato en vez del de su señor, facilita el trueque de identidades que permitirá al pundonoroso protagonista averiguar la verdad de los hechos. Entre las paredes de la casa de don Fernando se van a encontrar los personajes relevantes de un tempestuoso pasado, que incluye la muerte violenta del hermano de don Juan a manos de un desconocido, la fuga deshonrosa de su hermana y las angustiosas sospechas que ha desatado en el protagonista  el galán que saltó del balcón a la calle la noche de su llegada. (...)El título que Rojas puso a su obra, Donde hay agravios no hay celos, quintaesencia el sentido de la comedia pundonorosa. Don Juan se  presenta como una encarnación de la moral aristocrática, que exige el  sacrificio del sentimiento personal. Sin embargo, el sobretítulo que pronto se impuso (Amo criado) llama la atención sobre el juego teatral  que conlleva el trueque de papeles entre el galán y el gracioso. Sancho se convierte en una zafia parodia del caballero en vísperas de casarse. Sus esfuerzos por engolar la voz o adoptar ademanes nobles y educados chocan con su atolondramiento y con su inclinación a la vida poltrona y despreocupada de las convenciones sociales.
 ABRIR EL OJO
 Abrir el ojo, más tardía, se distancia más decididamente de las convenciones dramáticas y sociales. Aquí no se trata de galanteos intrascendentes, sino de relaciones sexuales plenas e irregulares, miradas siempre con indulgencia y despreocupación. Aquí lo de hacer el  amor hay que entenderlo en la acepción galicista que finalmente se ha  impuesto en el español de hoy: copular, tener acceso y ayuntamiento carnal. Sobre estas actividades, cuando se realizaban fuera del matrimonio y sin finalidad procreadora, caía en la sociedad barroca el  anatema del pecado y del delito. Poder humano y divino se unían contra los depravados. Pero, a pesar de tantos pesares, la vida erótica y sexual del Madrid de 1640 distaba mucho de las rigideces de las sociedades puritanas y abstinentes.27 Abrir el ojo se desarrolla en ese ambiente del amor y el sexo pret à porter, de las relaciones extramatrimoniales y de la prostitución de buen tono, sin rastro de la  sordidez y dureza de las casas de lenocinio. En su primera escena encontramos a don Clemente, joven galán, amante plural y desvergonzado, tratando de huir de la cama de doña Hipólita, una posesiva viuda con la que mantiene relaciones desde hace seis años. Y quiere escapar de ella porque pretende reunirse con doña Clara, que se  ha trasladado de casa huyendo del acoso de don Julián, amante que aspira a cobrar en especie el costoso regalo que ha hecho a la cortesana. (...)Rojas y los espectadores contemplan complacidos la fauna simpática y grotesca, descarada y absurda, que trampea por el Madrid barroco para mantener esta vida alegre y desenfadada.

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Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo es del autor Rojas Zorrilla, Francisco y trata de

DONDE HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS
 La situación está planteada con sorprendente agilidad. Don Juan y Sancho llegan a Madrid de noche. Buscan la casa de don Fernando de Rojas, con cuya hija va a casarse el galán. Al llegar ante la fachada,  ven a un desconocido descolgarse desde el balcón. Una confusión del criado, que ha enviado su propio retrato en vez del de su señor, facilita el trueque de identidades que permitirá al pundonoroso protagonista averiguar la verdad de los hechos. Entre las paredes de la casa de don Fernando se van a encontrar los personajes relevantes de un tempestuoso pasado, que incluye la muerte violenta del hermano de don Juan a manos de un desconocido, la fuga deshonrosa de su hermana y las angustiosas sospechas que ha desatado en el protagonista  el galán que saltó del balcón a la calle la noche de su llegada. (...)El título que Rojas puso a su obra, Donde hay agravios no hay celos, quintaesencia el sentido de la comedia pundonorosa. Don Juan se  presenta como una encarnación de la moral aristocrática, que exige el  sacrificio del sentimiento personal. Sin embargo, el sobretítulo que pronto se impuso (Amo criado) llama la atención sobre el juego teatral  que conlleva el trueque de papeles entre el galán y el gracioso. Sancho se convierte en una zafia parodia del caballero en vísperas de casarse. Sus esfuerzos por engolar la voz o adoptar ademanes nobles y educados chocan con su atolondramiento y con su inclinación a la vida poltrona y despreocupada de las convenciones sociales.
 ABRIR EL OJO
 Abrir el ojo, más tardía, se distancia más decididamente de las convenciones dramáticas y sociales. Aquí no se trata de galanteos intrascendentes, sino de relaciones sexuales plenas e irregulares, miradas siempre con indulgencia y despreocupación. Aquí lo de hacer el  amor hay que entenderlo en la acepción galicista que finalmente se ha  impuesto en el español de hoy: copular, tener acceso y ayuntamiento carnal. Sobre estas actividades, cuando se realizaban fuera del matrimonio y sin finalidad procreadora, caía en la sociedad barroca el  anatema del pecado y del delito. Poder humano y divino se unían contra los depravados. Pero, a pesar de tantos pesares, la vida erótica y sexual del Madrid de 1640 distaba mucho de las rigideces de las sociedades puritanas y abstinentes.27 Abrir el ojo se desarrolla en ese ambiente del amor y el sexo pret à porter, de las relaciones extramatrimoniales y de la prostitución de buen tono, sin rastro de la  sordidez y dureza de las casas de lenocinio. En su primera escena encontramos a don Clemente, joven galán, amante plural y desvergonzado, tratando de huir de la cama de doña Hipólita, una posesiva viuda con la que mantiene relaciones desde hace seis años. Y quiere escapar de ella porque pretende reunirse con doña Clara, que se  ha trasladado de casa huyendo del acoso de don Julián, amante que aspira a cobrar en especie el costoso regalo que ha hecho a la cortesana. (...)Rojas y los espectadores contemplan complacidos la fauna simpática y grotesca, descarada y absurda, que trampea por el Madrid barroco para mantener esta vida alegre y desenfadada.

Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo es un libro del género LITERATURA de TEATRO del autor Rojas Zorrilla, Francisco editado por CASTALIA EDITORIAL en el año 2005.

Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo tiene un código de ISBN 978-84-9740-140-1 y consta de 488 Páxinas. En este caso se trata de formato papel, pero no disponemos de Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo en formato ebook.

Disponemos también de otros títulos del autor Rojas Zorrilla, Francisco que podemos encontrar en nuestra tienda online de libros además de Donde hay agravios no hay celos/abrir el ojo

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