El año litúrgico

El año litúrgico es del autor Chittister, Joan y trata de

Es el ciclo litúrgico, que se desarrolla a lo largo de todo un año y que se repite una y otra vez en el transcurso de nuestra vida, el que mantiene unida a la comunidad de fe. Mientras que nuestra vida personal puede hacer que estemos siempre danzando de un lugar a otro, la vida litúrgica nos estabiliza y proporciona un fundamento sólido tanto a la Iglesia como a sus miembros. En la liturgia, por tanto, encontramos la pauta de lo que significa vivir una vida cristiana. 
 
 
 Por eso, mucho más que una simple serie de celebraciones y festividades, el ciclo litúrgico ofrece al cristiano el modo de establecer una relación con Dios más profunda y llena de sentido, trascendiendo cualesquiera culturas y nacionalidades y mostrándonos unas raíces más profundas que el tiempo y más fuertes que cualquier vínculo.
 
 
 
 El presente libro estudia los principales tiempos litúrgicos y festividades de la Iglesia tal como se celebraban en el pasado, mostrándonos cómo estas antiguas prácticas tienen hoy cabida en nuestra vida espiritual. Desde los domingos hasta las fiestas de los santos, desde las festividades solemnes hasta las celebraciones diarias, en la liturgia nos encontramos con el Jesús de la historia y llegamos a comprender al Cristo de la fe, que sigue aún con nosotros. Y con la repetición anual de la liturgia, poco a poco, paso a paso, alcanzamos nuestra plena estatura en la vida espiritual, al tiempo que  caemos en la cuenta de que es en el tiempo, en la vida y en el mundo real donde encontramos a Dios.
 
 
 
 Joan Chittister es, desde hace treinta años, una de las voces más autorizadas en el mundo de la literatura espiritual. Autora de numerosos libros sobre espiritualidad contemporánea -incluido El don de los años, unánimemente aclamado por la crítica-, es además co-presidenta de la «Global Peace Initiative of Women», una organización asociada a la ONU formada por mujeres que trabajan por la  paz. Es miembro de la comunidad benedictina de Erie (Pennsylvania), de la que ha sido abadesa durante doce años.