Jalid ben Idris, que
  había ostentado el relevante cargo de director de la Gran Biblioteca de
  Córdoba, fue nombrado por al-Hakam II, en el año 962, director de la
  biblioteca que este culto y sabio califa estaba creando en uno de los
  pabellones que habían formado parte del Alcázar emiral, abandonado desde que
  Abderramán III edificó la fastuosa ciudad palatina de Medina Azahara y
  trasladó a ella la Sede del Poder.
    Acompañado de Talid al-Qurubí, como conservador, y de Lubna y Fátima, dos
  esclavas cristianas manumitidas por el primer califa de al-Andalus,
  destacadas copistas y famosas traductoras y restauradoras de libros, se
  dedicó, con el decidido apoyo moral y económico del califa, durante los años
  de su reinado, a reunir, catalogar, copiar al árabe y restaurar, cuando fuera
  necesario, libros y antiguos códices hasta lograr reunir unos fondos
  bibliográficos constituidos por más de 190.000 libros.
    Al finalizar el reinado de al-Hakam II, la Gran Biblioteca de Córdoba era
  el faro que iluminaba la cultura de Occidente y de Oriente, que atraía a la
  capital del Califato a sabios e intelectuales de todo al-Andalus, del norte
  de África, de las grandes capitales del imperio de los abasíes, de la Persia
  samánida y de los reinos cristianos del norte, incluyendo el llamado Sacro
  Imperio Romano-Germánico.
    Hasta que, desaparecido el ilustre y tolerante al-Hakam II, el poder
  califal cayó en manos del gran chambelán, Muhammad ben Abi Amir, alias
  Almanzor, las mandó sacar de la Gran Biblioteca, sin que Jalid ben Idris
  pudiera impedirlo, y quemarlas en una enorme pira en la plaza que había
  delante de la expoliada institución que tanto esfuerzo había costado
  crear.
    Perseguidos los responsables de la Gran Biblioteca, Lubna y Fátima lograron
  escapar, pero Talid al-Qurtubí fue torturado y muerto. Su director, Jalid ben
  Idris, acusado de hereje y enemigo de Estado, fue condenado a prisión y a ser
  ejecutado, teniendo que abandonar precipitadamente la ciudad en la que había
  nacido, a los sesenta y ocho años de edad, para poder salvar su vida. Vestido
  de humilde mercader y, acompañado de su criado Farid, embarcó en el puerto de
  Almería y se dirigió a la ciudad de El Cairo, donde su fama le había
  precedido, recibiendo el amparo del culto califa fatimí Abu Mansur Nizar
  al-Aziz, que lo nombró director de la ?Casa de la Sabiduría? que había
  fundado unos meses antes en la capital de Egipto. 
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  Jalid ben Idris, que
  había ostentado el relevante cargo de director de la Gran Biblioteca de
  Córdoba, fue nombrado por al-Hakam II, en el año 962, director de la
  biblioteca que este culto y sabio califa estaba creando en uno de los
  pabellones que habían formado parte del Alcázar emiral, abandonado desde que
  Abderramán III edificó la fastuosa ciudad palatina de Medina Azahara y
  trasladó a ella la Sede del Poder.
    Acompañado de Talid al-Qurubí, como conservador, y de Lubna y Fátima, dos
  esclavas cristianas manumitidas por el primer califa de al-Andalus,
  destacadas copistas y famosas traductoras y restauradoras de libros, se
  dedicó, con el decidido apoyo moral y económico del califa, durante los años
  de su reinado, a reunir, catalogar, copiar al árabe y restaurar, cuando fuera
  necesario, libros y antiguos códices hasta lograr reunir unos fondos
  bibliográficos constituidos por más de 190.000 libros.
    Al finalizar el reinado de al-Hakam II, la Gran Biblioteca de Córdoba era
  el faro que iluminaba la cultura de Occidente y de Oriente, que atraía a la
  capital del Califato a sabios e intelectuales de todo al-Andalus, del norte
  de África, de las grandes capitales del imperio de los abasíes, de la Persia
  samánida y de los reinos cristianos del norte, incluyendo el llamado Sacro
  Imperio Romano-Germánico.
    Hasta que, desaparecido el ilustre y tolerante al-Hakam II, el poder
  califal cayó en manos del gran chambelán, Muhammad ben Abi Amir, alias
  Almanzor, las mandó sacar de la Gran Biblioteca, sin que Jalid ben Idris
  pudiera impedirlo, y quemarlas en una enorme pira en la plaza que había
  delante de la expoliada institución que tanto esfuerzo había costado
  crear.
    Perseguidos los responsables de la Gran Biblioteca, Lubna y Fátima lograron
  escapar, pero Talid al-Qurtubí fue torturado y muerto. Su director, Jalid ben
  Idris, acusado de hereje y enemigo de Estado, fue condenado a prisión y a ser
  ejecutado, teniendo que abandonar precipitadamente la ciudad en la que había
  nacido, a los sesenta y ocho años de edad, para poder salvar su vida. Vestido
  de humilde mercader y, acompañado de su criado Farid, embarcó en el puerto de
  Almería y se dirigió a la ciudad de El Cairo, donde su fama le había
  precedido, recibiendo el amparo del culto califa fatimí Abu Mansur Nizar
  al-Aziz, que lo nombró director de la ?Casa de la Sabiduría? que había
  fundado unos meses antes en la capital de Egipto. 
EL BIBLIOTECARIO DE MEDINA AZAHARA c'est un livre du genre RÉCIT de ROMAN de l'auteur ANTONIO TORREMOCHA SILVA édité par ALMUZARA dans l'année 2023.
EL BIBLIOTECARIO DE MEDINA AZAHARA a un code ISBN 9788411316590 et se compose de 362 pages. Dans ce cas c'est le format ebook, mais nous n'avons pas EL BIBLIOTECARIO DE MEDINA AZAHARA au format papier.
	
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